Hace unos años, estuve en el Chaco Central, visitando esa zona, buscando datos para mi tesis. Por casualidad o causalidad, en el hotel, donde me hospedé, en la colonia Neuland, conocí a una maravillosa mujer de la etnia Nivaclé, Amelia. La guardé en mi corazón, ella es una mujer sencilla, honesta, de mirada limpia y con historia. Me llevó a su comunidad, Cayin O`Klin, donde conocí a su familia, mamá, hermanos e hijos. Ellos me conquistaron con su abierta manera de ser, transparentes y amables. Quiero dedicarles esta página. Siempre estoy en contacto con ellos, pero un día me gustaría volver a verlos.
Gracias Amelia por tan buenos recuerdos.